Ayer mi amiga Gaby viajo a Argentina con Lola, su nena. Se fueron despues de un año a pasar unas vacaciones. Todo eso revivio las sensaciones que tuve yo hace muy poquito. Todo eso esta muy bien descripto por Florencia Gil cuando en un post suyo hablo de volver a las raices. Le pedi la autorizacion para copiarlo asi que aca esta. Mas abajo pongo el video que grabe cuando volvia de las vacaciones, en uno me estaba despidiendo y en el otro estaba por subir al avion.
VOLVER A LAS RAICES:
Volver a las raíces, volver a casa aunque sea solamente por algunos días o semanas. ¿Qué significa volver? Volver significa todo y nada. Noches y días esperando solo eso, imaginando con los ojos cerrados ese momento, juntando peso por peso para poder lograrlo. Significa buscar por todos lados el precio más conveniente o cruzar los dedos mientras hablas con aerolíneas para ver si hay pasajes. Significa armar la valija veinte veces para no pasarte del peso permitido o trabajar mil horas al día para que nos puedan dar la aprobación para irnos. Significa volver locos a todos los que nos rodean por no hablar de otra cosa que del viaje. Significa pasar días sin dormir esperando ese momento, bancarse un viaje de no se cuantas horas... muchas horas solo para sentirse de nuevo uno mismo; aquel que un día se fue, esa misma persona que necesita demostrar a los demás y a si mismo que la distancia no te hace cambiar.
Volver significa bajar del avión, creer que ya es casi ese momento esperado, pero no. Saber que todavía falta... significa hacer colas para migraciones, colas para buscar la valija, colas para esperar que te revisen las cosas como si fueras un extraño. Y por dentro morderte los codos, porque vos no estas llegando... estás volviendo! Significa encontrarte con gente que te hace sentir como si no fueras de ahí, como si tuvieras que pedir permiso para entrar. Gente que te hace dar vueltas, te busca el pelo al huevo hasta hacerte poner todavía más nervioso. Me están esperando!!! Acaso no lo entienden!!! Y si, finalmente se pasa, se sale con esa cara de nada, cara de nada que significa todo. Un remolino de sensaciones que se pensaban olvidadas recorren desde la cabeza hasta los pies. ¿Qué hacer? ¿Qué decir? ¿Los que están esperando desearán con la misma intensidad este momento?
Un paso, dos... un empujón más al carrito lleno hasta el tope de recuerdos que renacen en un segundo. Cientos de caras sonrientes que esperan, que ansían una cara conocida. Y ahí están, ellos que te esperan con los brazos abiertos y los ojos cristalizados. Que no saben si reír a carcajadas o ponerse a llorar. Caritas nuevas conocidas solo en fotos, caras de adultos que no viste crecer, caras de ancianos que no viste madurar, diferentes colores de pelo, caras más gordas o más flacas, caras queridas. Esas mismas que, aunque diversas, si bien hace tiempo te dijeron adiós… hoy igualmente están ahí, esperando reconocerse en esos ojos que llegan, en aquellos ojos mojados que un día tuvieron que dejar de ver. Un instante que parece eterno, dos metros de caminata que parecen kilómetros y finalmente explota la emoción.
Volver significa que el corazón empiece a latir desesperadamente y por una vez no de ansia, no de miedo. No existen las palabras para explicarlo, como tampoco en ese momento existen para hablar. Tanto para decir, para preguntar, para contar. Y no, las palabras se quedan ahí en la garganta, atragantándote, sofocándote. Sofocando de emoción... y no se sabe que decir, que hacer, donde ir, cómo, ni hacia quien. Significa querer detener el tiempo para abrazar a cada una de las personas como quisieras, sin hacer esperar a nadie, porque ya se esperó suficiente. Hay ganas de gritar, de saltar, de bailar... pero es más fuerte que uno mismo... y te quedás paralizado. Queriendo hacer y sin poder. Temblando, mirándote alrededor sin entender, sin llegar a creer de una vez por todas, que todo eso es real.
Significa ver valijas de acá para allá, autos, gente, cansancio, felicidad, incredulidad... una mezcla que es difícil de asimilar hasta que llegas a casa. Te miras alrededor como tratando de entender que es lo que está pasando, no te podes tranquilizar, no te relajas pero empezás a hablar y hablar. Kilos de palabras salen sin demasiado sentido de adentro de la boca, directamente desde el corazón. Significa escuchar esas voces conocidas finalmente mirando los ojos de quienes las emiten. Y así, de a poco, todo ese torbellino empieza a desvanecer. Al mismo tiempo te sentís agotado y agitado, hace casi un día que no dormís pero no querés ir a la cama, porque no querés desaprovechar ni siquiera un minuto de esta estadía, de este retorno. Hasta que contra nuestra propia voluntad el sueño nos vence. Volver significa por primera vez, después de tanto tiempo, despertarte en ese mismo lugar. Abriendo lentamente los ojos, como para comprobar que todo es real, que no fue otro de esos sueños que tuviste durante muchas noches cuando estabas lejos.
Significa salir de casa, ir por el barrio mirando cada cosa, buscando eso que quedó intacto, buscando los ojos de aquellos que te veían todos los días por esas calles. Y nuevamente te sentís vos mismo, sentís que el tiempo nunca pasó, que nada cambió. Significa vivir acelerado, añorar días de 48 horas. Querer hacer regalos para estar seguros que cada uno va a tener consigo algo que les permita recordarnos siempre. Querer dejar algo nuestro, algo de nosotros mismos en cada rincón por el que pasamos, en cada puerta que golpeamos, en cada mirada que nos mira. Mostrar lo mejor de nosotros en cada momento para refrescar memoria y aunque parezca tonto, hacer que nos quieran todavía más. Significa desear quedarte charlando todas las noches hasta el alba, desear mimar a todos, con esas caricias que habías guardado en tus manos para ellos, desear ver a todo y a todos. Significa querer ir al obelisco, a Florida, a Caminito, Costanera, Puerto Madero… Aunque antes no íbamos nunca.
Volver significa tratar de recaudar la mayor cantidad de cosas en nuestro baúl personal, esas cosas que no se van a tener cerca cuando uno se vaya. Recolectar abrazos, risas y miradas. Comer mucha carne, alfajores y empanadas. Llenarnos los ojos de caras y paisajes. Llenarnos los oídos de voces y canciones. Lastima que siempre pasa todo tan velozmente. Volver significa que en un abrir y cerrar de ojos, entre reuniones, cenas, reencuentros, paseos y charlas... un mes vuela... se escurre entre los dedos como si fuera agua. Y tratas de atraparlo, de contenerlo, pero no se puede. Te quedan solamente las manos húmedas y el corazón lleno de nuevos recuerdos. Recuerdos para atesorar en ese baúl personal que fuimos llenando en este tiempito, como reserva hasta el próximo reencuentro.
Volver significa tener la felicidad tatuada sobre la piel y la sonrisa dibujada con marcador indeleble sobre tu boca. Volver a las raíces, volver a casa aunque sea solamente por algunos días o semanas significa todo esto, significa saber que va a llegar el momento de irnos, de regresar a la vida de todos los días. Pero felices y ansiosos porqué desde el momento que aterriza el avión se empieza una nueva cuenta regresiva… porqué no vemos la hora de comprobar nuevamente lo que significa volver.
Despidiéndome:
Subiendo al avión:
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